Entendiendo las diferencias fundamentales entre la cirugía pediátrica y la de adultos - La importancia de un especialista capacitado especialmente para tratar a niños.
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El cuerpo de un niño no es simplemente una versión reducida del de un adulto
Dado que existe un sinnúmero de ellas, mencionaremos sólo algunas. Los infantes tienen un metabolismo de líquidos mucho más intenso y dinámico, esto implica que el pediatra conoce con precisión la cantidad de líquidos que se requieren con base en la edad, peso y condiciones clínicas.
La superficie corporal (proporción entre la piel y el cuerpo) en el niño es mucho mayor, lo cual repercute claramente en las pérdidas de líquidos que tienen por evaporación, especialmente importante en pacientes pequeños sujetos a calentamiento, fototerapia, o restricción de líquidos. También es de gran trascendencia para calcular con precisión las necesidades de electrolitos (cloro, sodio, potasio, etcétera) reposición de pérdidas por diarrea o vómitos, dosis de medicamentos, etcétera. Su desconocimiento puede condicionar errores de consecuencias fatales.
Los signos vitales (pulso cardiaco, respiración, presión arterial, etcétera) cambian de acuerdo a la edad, el médico especialista lo conoce y le da la interpretación adecuada. Sólo por ejemplificar, una presión arterial de 120/80, frecuencia cardiaca de 60 y frecuencia respiratoria de 16 por minuto que es totalmente normal en un adulto, en un pequeño son evidencias de gravedad.
Muchos de los resultados de los exámenes de laboratorio son distintos, de hecho existen patrones establecidos de acuerdo a la edad, de tal manera que una cifra "normal" en un adulto puede ser claramente anormal en los primeros años de la vida, ignorar esto obviamente provoca errores de diagnóstico y tratamiento.
La función de los órganos y sistemas varían mucho, sólo por mencionar algunos:
El corazón infantil trabaja más rápido por su pequeño volumen.
El cerebro evoluciona y cambia con la edad.
La vía aérea (tráquea y bronquios) son proporcionalmente menores y más susceptibles a fallas.
El intestino absorbe nutrientes de manera específica con base en la etapa de la vida.
El riñón madura su fisiología a lo largo del desarrollo infantil.
El hígado y riñones metabolizan de forma especial muchos medicamentos, lo que explica que existan algunos prohibidos en pediatría.
Probablemente este punto es el más sencillo de demostrar
Por un lado existen enfermedades exclusivas de los niños como son una enorme gama de malformaciones congénitas del tubo digestivo, pulmones, diafragma, bronquios, riñones, vejiga, corazón, cerebro, etcétera y por otro lado hay enfermedades mucho más frecuentes en esta edad como son invaginación intestinal, divertículo de Meckel, apendicitis, hernias inguinales, testículo no descendido, fimosis (circuncisión), pseudoquistes pancreáticos, lesiones esofágicas por cáusticos, accidentes, etcétera.
Los tumores malignos tienen una frecuencia y manifestaciones clínicas especiales, de hecho existen muchos que son exclusivos de esta etapa de la vida.
Si se aplica el criterio empleado en los adultos, los errores de diagnóstico y de tratamiento pueden significar la diferencia entre vivir o morir. Todo lo anterior obliga a insistir en que el médico responsable del manejo de un niño deber ser un especialista en pediatría para ofrecer la mejor oportunidad de atención al enfermo.
Por otro lado, resisten mucho menos las pérdidas de calor, sangre, líquidos, electrolitos, glucosa, etcétera, por lo tanto el especialista toma todas las precauciones necesarias para evitar complicaciones.
Las operaciones (técnicas quirúrgicas) también varían sustancialmente, de hecho en la mayoría de los casos los pacientes pediátricos requieran otras técnicas, metodología, preparación e indicaciones, incluso existen muchos procedimientos quirúrgicos que son exclusivos para ellos.
La anestesia, manejo preoperatorio, postoperatorio, ayuno, catéteres, sondas, soluciones, medicamentos, etcétera, son específicos para los niños. El uso de analgésicos tipo y dosis también difieren notablemente.
Finalmente las complicaciones y métodos para prevenirlas requieren de un profundo conocimiento y experiencia en pediatría.
Los cuidados específicos y conocimientos especializados del cirujano pediatra marcan la diferencia en resultados, seguridad y recuperación de los pacientes pediátricos.
Dr. Jaime Nieto Zermeño
Cirujano